7 parts Ongoing Sueños conectados con la realidad de alguien más, 
donde el cielo no es un límite, 
sino un lienzo de posibilidades vastas, 
cada estrella un susurro de anhelos, 
cada nube un refugio de esperanzas ocultas. 
En la penumbra de la noche 
los ojos cerrados se abren 
a un mundo tejido con hilos invisibles, 
donde risas lejanas 
fluyen como ríos de luz dorada 
y sombras se entrelazan en un baile eterno. 
Caminamos por senderos que no son nuestros, 
y, sin embargo, sentimos su latido, 
el eco de otro ser, 
sus miedos, sus sueños 
bailando en nuestra mente, 
como un arroyo claro que refleja 
los matices del otro lado. 
Las paredes de nuestra realidad 
son finas como papel, 
y, a través de ellas, miramos 
un jardín floreciente 
bajo un sol que no hemos tocado, 
las flores vibran con colores 
que solo se ven en suspiros ajenos. 
Alcanzamos su risa, 
donde el tiempo se detiene, 
y somos dos almas 
conectadas por hilos de luz, 
en un tapiz que nunca termina, 
destellos de vida latente, 
como en un sueño compartido. 
En el silencio se oyen las voces, 
destellos de pasiones y temores, 
los ecos de un amor distinto, 
un abrazo que siente 
la calidez del otro lado, 
una luz que brilla en la penumbra, 
un anhelo que arde en cada rincón. 
Los sueños llevan un mensaje, 
se murmuran entre las estrellas, 
una invitación a cruzar puentes, 
donde la distancia no existe, 
y el tiempo se entrelaza 
en un abrazo eterno. 
Allí, en ese refugio desconocido, 
perfumes de lo no vivido 
nos envuelven como una manta, 
las voces de otro mundo 
nos guían hacia el despertar, 
susurrándonos secretos 
que despiertan nuestro ser. 
Así, en cada sueño, 
las realidades se funden, 
una danza de conexiones 
que trascienden lo tangible, 
haciendo de cada noche 
una ventana al infinito 
donde todos somos uno.
"Ayúdame... Porfavor..." 
Alastor despierta de su sueño nuevamente.