Diez años después de una dolorosa separación, Khem regresa al país y, por azares del destino, se reencuentra con Rin, su amor de juventud. Rin, ahora madre de un niño pequeño llamado Leo, vive una vida tranquila y estructurada. Khem, marcada por las pérdidas y con un corazón aún lleno de amor por Rin, no tarda en cruzar nuevamente esa línea invisible que alguna vez las unió.
Aunque al principio todo parece lejano y tenso, el cariño silencioso de Leo y los gestos cotidianos comienzan a tejer un nuevo vínculo entre las tres. Khem no solo debe sanar las heridas del pasado, sino también encontrar su lugar en esta nueva dinámica familiar.
Entre mudanzas, dibujos con crayones y confesiones veladas, Khem y Rin descubrirán que el amor verdadero nunca desaparece del todo... solo espera el momento justo para florecer otra vez.
Una historia sobre segundas oportunidades, maternidad compartida y el amor que, pese al tiempo y la distancia, sigue buscando su hogar.
Dylan Kravits es el asistente perfecto: organizado, eficiente, sarcástico... y a un paso de perder la cordura gracias a Aily Vila, la novia caprichosa del CEO.
Entre berrinches, "ataques de ansiedad" por mosquitos y órdenes absurdas, Dylan está cansado de ser el adulto responsable que mantiene en pie la empresa mientras Alessandro Stern -su jefe, su amigo, su dolor de cabeza- corre detrás de la princesa de rosa.
Hasta que un día Aily le suelta la frase que cambia todo:
"El puede vivir sin ti."
Perfecto.
Dylan desaparece una semana.
Y Alessandro... colapsa.
Entre cámaras de seguridad, crisis existenciales, un Alessandro irracionalmente desesperado y una novia tóxica oliendo a celos, Dylan vuelve dispuesto a renunciar. Lo que no esperaba era que Alessandro reaccionara como si estuviera perdiendo algo más que a su asistente.
Y así, por un comentario, una broma, y mucho caos...
Dylan termina jugando a ser gay para probar un punto.
Lo que nadie vio venir fue que el CEO se lo tomara demasiado en serio.