En la costa donde los atardeceres parecen pintar el cielo naranja, Maia regresa al pueblo que dejó sin mirar atrás, con el corazón hecho trizas y una promesa rota enterrada en la arena. Lo que busca es silencio. Lo que encuentra... es a Alec, el chico que un día fue todo y que ahora es solo un desconocido más.
Alec vive en las olas. Libre, impulsivo, con una sonrisa que desarma, una tabla de surf bajo el brazo y una promesa que la corriente arrastró.
El mar, los recuerdos, las risas que alguna vez compartieron, todo parece conspirar para juntarlos como alguna vez pasó. Pero ya no son los mismos, y esta vez no bastará con una mirada par arreglarlo todo.
Entre olas, estrellas de mar y un atardecer tras otro, Maia y Alec descubrirán que hay amores que no se olvidan, solo esperan el momento preciso para ser reunidos sin previo aviso...
"Maia -¿Y si el mar nos separa de nuevo?
Alec -Entonces prometo nadar hasta encontrarte."
Desde su primer año en Slytherin, Theodore y Camille compartieron más que una casa: la misma astucia, el mismo carácter frío y una ambición que los mantenía entre los mejores estudiantes de Hogwarts. Se entendían sin palabras, se protegían con lealtad y, aun así, siempre fueron solo amigos.
Hasta que un día, cuando ambos se enteran que todos en su grupo de amigos pensaban que ellos serían la pareja perfecta, comienza a sembrarse una duda que ninguno de los dos pudo sacudirse.
Porque a veces basta una sola insinuación para que todo lo conocido se tambalee. Y entonces surge la pregunta inevitable: ¿de verdad siempre fueron solo amigos?