❝Todo sucedió hace tantos años, cuando mi cuerpo aún desbordaba la suave brisa de la juventud, cuando apenas era un rey joven sin muchas aspiraciones, atrapado en un matrimonio arreglado por mis padres, cuando aún podía sentir que en solo un pestañeo podía llegar a correr largas distancias, cuando sentía que podía comer tanto como quisiera sin tener ninguna otra preocupación más que el dolor de estómago que me daría después de eso, cuando no había tantos problemas por encima como es que los hay justo ahora, cuando mis ojos aún tenían ese brillo fuerte y característico de alguien que quiere domar a el fuerte corcel que busca hacerme caer, pero...al saber que tenía un alma fuerte, un alma así de inquebrantable, mandó al ángel más hermoso que tenía, para poder buscar la manera en la que me hiciera caer... un nuevo científico, bastante jovén y prodigioso se iba a unir con nosotros en la guardia real, debido a su gran intelecto y desempeño, destacado por si seriedad, por su porte, por su olor a café y sopas instantáneas, ese olor que te deja marcado de por vida. Cuando lo vi, sentí mi corazón retumbar, había pasado ya por tantas cosas que en el momento en el que mi mirada se encontró con la suya, sabía desde ese primer momento que tenía que permanecer mi alma junto con la de el, aún sabiendo que teníamos caminos tan complejos.❞
Entre risas en la cocina, madrugadas con biberones y caricias silenciosas bajo una manta, Harry y Draco descubren que el amor no siempre viene con batallas épicas ni grandes declaraciones.
A veces, basta un susurro en la noche, una siesta compartida o una carta de Hogwarts en la mesa del desayuno.
En esta colección de momentos -sin orden, sin prisas- viajamos por recuerdos sueltos, pequeños destellos de lo que fueron, lo que son, y lo que jamás dejarán de ser:
Una familia. Un hogar. Unos adolescentes enamorados. Un amor que hace del instante, una eternidad.
Cada capítulo es una escena única, un abrazo al alma para quienes creen que el amor se encuentra en los detalles más simples.