En los primeros días de octubre, mientras Japón se tiñe de rojo y el frío comienza a asentarse, Marco viaja hacia Fukuoka en un autobús nocturno. Ha conseguido trabajo como fotógrafo, con un contrato que le permite recorrer distintos rincones del país que siempre soñó conocer.
Pero esa noche, bajo una tormenta intensa, el vehículo se vuelca al intentar esquivar una criatura a mitad del camino. Marco, herido y desorientado, se arrastra entre la lluvia hasta encontrar un túnel antiguo oculto en el bosque para refugiarse de la lluvia.
Dentro del túnel, temblando por el dolor y el frío, Marco pierde el conocimiento.
Cuando despierta nuevamente, la luz del sol lo encandila; el ambiente cálido ilumina el lugar desde el otro lado, pero lo que más le llama la atención es el chico que lo observa con curiosidad y silencio, con su cámara colgando del cuello.
Todos cargamos con un poco de locura dentro de nosotros. Y es esa irracionalidad la que lo alimenta, la que dibuja una sonrisa que muestra sus dientes afilados y listos para romper piel y destilar sangre. Él puede olfatear la locura en tu alma como un sabueso entrenado, hambriento de dolor, destiñendo decadencia y muerte. Shhh, no digas su nombre.
Cover Art & Design: Consuelo Parra