Story cover for CORAZÓN LUNÁTICO | Guido Sardelli  by xquilomboyarmoniax
CORAZÓN LUNÁTICO | Guido Sardelli
  • WpView
    Reads 9,387
  • WpVote
    Votes 858
  • WpPart
    Parts 48
  • WpView
    Reads 9,387
  • WpVote
    Votes 858
  • WpPart
    Parts 48
Ongoing, First published Jul 24
Mature
6 new parts
No todo lo que duele se va.
Hay cosas que duelen y se quedan.
Te habitan, te rompen despacio.
Como un amor que no supiste amar bien o una amistad que se volvió veneno.
Esta no es una historia feliz. Ni justa. 
Es apenas lo que quedó cuando ya no supimos cómo volver a querernos sin destruirnos.
All Rights Reserved
Table of contents
Sign up to add CORAZÓN LUNÁTICO | Guido Sardelli to your library and receive updates
or
Content Guidelines
You may also like
You may also like
Slide 1 of 9
Sonamos bajo | GASTÓN SARDELLI cover
La promesa de ser mío | VERSIÓN ARLÉN II cover
𝐒𝐔𝐑𝐕𝐈𝐕𝐎𝐑 | 𝐭𝐡𝐞 𝐦𝐚𝐳𝐞 𝐫𝐮𝐧𝐧𝐞𝐫 cover
BULLETS - Steve Harrington cover
Los besos que escribí sobre tu piel [𝗚𝘂𝗶𝗱𝗼 𝗦𝗮𝗿𝗱𝗲𝗹𝗹𝗶] cover
I'm watching you - Theodore Uris  cover
Nuestro concierto eterno cover
DULCE CONDENA II: Lo más triste - guido sardelli cover
City of stars cover

Sonamos bajo | GASTÓN SARDELLI

15 parts Ongoing Mature

Magna Malatesta nunca quiso estar en el ojo de nadie. No quería figurar en la vida de su jefe famoso, con el que chocaba en cada palabra. No quería cargar con las cagadas de su hermano, que arrastraba sombras más pesadas que él mismo. Y mucho menos quería sentir que el destino se le cagaba de risa en la cara, obligándola a abandonar la carrera que tanto había perseguido. Ella odiaba a los tipos que opinan de todo: política, guita, inflación, moral... Y que después, a la hora de la verdad, viven igual de podridos que lo que critican. ¿La ironía? Su jefe era exactamente eso. Un tipo insoportable, que hablaba como si tuviera la verdad de todo. Se llenaba la boca con discursos sobre la fama, la plata, el poder... pero vivía de las mismas miserias que señalaba. El vivo ejemplo de lo que alguna vez juró no ser. Magna lo detestaba. Lo quería callar cada vez que abría la boca. Pero cada discusión con él le dejaba el cuerpo encendido, con un fuego que no quería reconocer. El problema era simple: ella no tenía espacio para eso en su vida. Su presente estaba marcado por intentar vivir, por cuidar a su mamá, sobrevivir a su hermano y por poner el cuerpo en una realidad que la ahogaba. Y él, por su lado, tampoco era un santo. Su pasado estaba tan manchado que hasta su propio hermano lo odiaba. Pero al final de todo... lo que más rechazás, es lo que más te atrae. Por más bajo que suene.