Por lo general, así lo Dios.

La inmesa fuerza de la novedad se ha convertido en un fenómeno tan explícito como implicito, y no es por un hecho mayor, sino que en parte, la novedad representa una alternativa de cambio, es esperanza de que algo, al ser nuevo, pueda mejorar lo ya existente... Pero aahh... Qué podrido está el presente... Por eso nos llama y nos atrae tanto la novedad. El arma de doble filo, que también representa una línea con la cual se tiene la pasividad actoral de los mexicanos. Si lo demás puede cambiar ¿para qué cambio yo?. Un entorno preferiblemente cambiante, no hace más, sino permitirle al sujeto que se sujete a más cosas en su realidad, es su oportunidad de salir y volar hacía aires de libertad y nuevos sueños trazados en un futuro lejano/cercano, un futuro irreal y utópico, pues es el estar en un proceso, hasta que llega otro proceso que derrumba el ya esxitente.
La novedad es un arma de distracción, de cambio, ¿de progreso?, de nuevas metas, nuevos sueños... La novedad es pasajera.