Se supone que todo el mundo tiene por lo menos una historia interesante que contar, por lo menos un suceso inesperado que resultó bien y podría etiquetarse como grandioso. Digamos que siempre me a gustado ser la excepción que confirma la regla. En este caso y tratándose de mi mala fortuna para cualquier cosa, no tanto. En mi vida me he encontrado dinero en la calle, de hecho, suelo perderlo todo el tiempo. Lo más cerca que estuve alguna vez de encontrarme con un famoso es ese póster de Zack Efron en la pared de mi cuarto. Y ni hablar de mi nacimiento, conozcan a la "señorita estación de servicio". Encantador. Sí, la vida apesta para personas tan torpes cómo yo. Podría decirse que la única razón por la que yo conozco actualmente la palabra suerte es por esa vez que mi madre me arrastro a la carpa de una adivina de circo. Sólo era una vieja que no tenía nada que decirme por que, bueno, leía la fortuna. Mi nombre es Lola Rivera, y soy la definición contraria a la perfección. Una vez me dijeron que todos merecemos algún episodio sorprendente que marque nuestras vidas, y yo, yo voy a asegurarme de que eso sea así para mí también.
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