Jisung tiene 18 años. En su expediente figura que fue víctima de abuso sexual durante ocho años por parte de su propio padre. Desde los 14 vive con una familia sustituta, alejado de todo lo que alguna vez llamó hogar. No sonríe, no habla mucho, no confía. Solo dibuja.
Minho tiene 22. Psicólogo recién graduado, fue contratado por una escuela secundaria privada para dar talleres de salud mental... sin imaginar que terminaría siendo tutor de un chico que carga con un infierno en silencio.
Nadie debería enamorarse de su paciente. Nadie debería querer tocar lo que ya fue roto. Pero hay miradas que no se pueden fingir, y heridas que solo sanan cuando alguien se atreve a tocarlas con amor.
⚠️Advertencia: esta historia contiene contenido sensible. Trata con realismo temas como el abuso infantil, trauma, salud mental, relaciones prohibidas y sexualidad. NO es una historia de salvación mágica.
Es sobre dos almas rotas... que tal vez pueden repararse si se encuentran.
Una mujer, un hombre con un hijo cada quien deciden casarse y formar una familia.
Los dos padres dejan solos a sus hijos en su casa, pero no contaron con que los chicos eran unos adolescentes hormonales
Podrá salir todo bien?