
A Ni-ki siempre le tocaba sacar la basura. No importaba si había cocinado, si había hecho los trastes, o si estaba lloviendo a cántaros. Y él, resignado, salía en chanclas y hoodie, con la cara aplastada de recién levantado. Pero desde hace unas semanas, algo cambió. Más bien, alguien. El nuevo chico del camión de basuraAll Rights Reserved