Ay el amor, una sinfonía de creación y ruptura tan dolorosa como bella sentir. Si, todo es lo mismo, siempre se cree que alguien encuentra a su amor, que encuentra a lo que complementa su ser y alma, pero, ¿que pasa cuando la misma basta oscuridad es iluminada por la más brillante luz, cuando el abismo de la noche se ve perturbado por la bella aurora de la mañana?
La luz, en su esencia, es revelación, claridad, conocimiento y esperanza. Despeja las sombras, permite que la forma se revele y da calidez esperanzadora. Pero su significado pleno solo se entiende en contraste con la oscuridad. ¿Qué sería la luz sin la sombra para definir sus contornos, para realzar su brillo? Es la ausencia de luz lo que nos permite apreciar su retorno con una gratitud renovada
Por otro lado, la oscuridad no es simplemente la ausencia de la luz, es más como un lienzo, un envase de potencial, el lugar donde las semillas del futuro esperan germinar. Es el misterio, la introspección, el descanso y el anonimato que a veces buscamos en donde no está por miedo a adentrarnos a la oscuridad. En la oscuridad, nuestros otros sentidos se agudizan, y nuestra imaginación puede vagar sin las distracciones de la forma. Es el reino de lo desconocido, lo que aún no se ha manifestado y lo que se le tiene temor, no por lo que ahí, si no por lo que no se sabe que hay ahí.
¿Sacrificio? Esto es a lo que se reduce mi existencia ¿por qué yo? ¿por qué no él?
*Naruto y sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto*
*Esta historia es mía, prohibida su copia y reproducción*
*Las imágenes no me pertenecen, créditos a sus autores*