
El amor más verdadero y puro que Jazz puede ofrecerle a Prowl no conoce medida ni condición. Lo entrega completo, sin esperar réplica, como si con solo darlo bastara para que exista. Para Prowl, esa necesidad de amar sigue siendo algo ajeno, una función que nunca activó del todo. Pero lo acepta. Como se acepta el calor del sol sin saber cómo nace la luz. A Jazz, sus ópticos le muestran el amor de Prowl. Le enseñan a verlo en lo invisible, en lo callado, en lo inmutable. Y él lo cree. Porque lo siente. Porque quiere que esté allí.All Rights Reserved
1 part