El Hambre del Cazador | Saga L.M.D.L. #1

Una muerte más significaba que él metería sus narices.

Después de meses hilando una probable red desconocida de maleantes, fracasó, y a lo
grande. Ya resentía las consecuencias.

Nicolás M. Hamilton lo habría dado todo por una bala en aquel otoño, iniciando por su
vergonzoso estatus civil y la desconcertante pero jugosa pista de un asesinato: la
existencia de un presunto detective celópata. Sin embargo, en el peculiar y casual
descubrimiento, nuestro cazafortunas se encontraba solo, cargando un
importante cadáver en sus espaldas y con tal vez unas sanciones también. Aún así,
él o ellos seguían ahí, esperándolo.