➴ el club de los martes

Boston no era precisamente una universidad de renombre. Nadie la tenía como primera opción. Para la mayoría, era un descarte, una última alternativa... o la única posible para quienes no podían permitirse algo mejor.

Y aunque distaba de ser la mejor, había algo en sus noches que la volvía especial. Su campus, envuelto en un silencio absoluto, ofrecía una tranquilidad envidiable. Era el lugar perfecto para quienes deseaban concentrarse y perseguir un sueño.

A menos que fuera martes.
Y te dirigieras al ala sur.

Entonces, entre pasillos desiertos, podrías escucharlos reír.
Cinco extraños.
Cinco secretos compartidos.

Pero los secretos, como los pájaros, no saben guardar silencio para siempre.
Sobre todo cuando uno deja de cantar al mismo ritmo que los demás.