¡¿Qué tal, enfermos del fanfiction?! ¡Soy yo! ¡El Jesucristo de Marvel y Ahora de los fanfics, el mesías de las referencias absurdas, el adorado, odiado, y recontra sobreutilizado Deadpool! Y sí, antes de que lo preguntes... sigo vivo. Porque claro, ¿cómo matar a alguien tan carismático que incluso le gana en carisma a tu ship favorito entre Sukuna y Gojo? ¡Exacto! Imposible.
¿Qué estoy haciendo ahora? Fácil: me cansé. Me harté de las mismas porquerías multiversales donde Goku se enamora de una silla, Naruto se convierte en barista, y Deku termina siendo hijo de Gojo y Sukuna... ¿QUÉ LES PASA? Así que dije: "Wade, papi... ¿y si limpias el basurero?"
Y eso hice. Con un dispositivo que robé de unas personitas, empecé a viajar por todos esos fanfics absurdos, matando variantes. Gokus con 32 transformaciones, Narutos con tres Harems y un Rinnegan dorado, Isees que eran reyes de todos los infiernos, y Dekus con cinco quirks, alas, y un hermano gemelo edgy llamado Zeku.
¿Creíste que eso era todo? JA. Tuve que detonar una bomba que borra la existencia para vencer a un Goku que se comió a Zeno Sama de desayuno. True story, bro.
Pero esto ya se puso repetitivo. Masacrar solo no tiene chiste. Así que me dije: "¡Necesito un equipo! Un grupo de loquitos que odien los clichés tanto como yo."
Así que abróchate el cinturón, porque vamos a comenzar una aventura donde el cringe es el enemigo... y yo tengo balas para todos.
Entre risas en la cocina, madrugadas con biberones y caricias silenciosas bajo una manta, Harry y Draco descubren que el amor no siempre viene con batallas épicas ni grandes declaraciones.
A veces, basta un susurro en la noche, una siesta compartida o una carta de Hogwarts en la mesa del desayuno.
En esta colección de momentos -sin orden, sin prisas- viajamos por recuerdos sueltos, pequeños destellos de lo que fueron, lo que son, y lo que jamás dejarán de ser:
Una familia. Un hogar. Unos adolescentes enamorados. Un amor que hace del instante, una eternidad.
Cada capítulo es una escena única, un abrazo al alma para quienes creen que el amor se encuentra en los detalles más simples.