El amor que se juega

En el andén del metro, ella no esperaba nada. Ni una salida, ni un milagro, ni mucho menos a él.

Traje oscuro, sonrisa suave, dos sobres de colores. Y un juego que parecía inofensivo: ddakji. Golpes a cambio de dinero. Promesas a cambio de una firma.

Pero ella no pidió el dinero.
Y eso lo cambió todo.

El reclutador siempre había seguido las reglas. Hasta que conoció a la única persona que no quiso jugar. Su rechazo fue la chispa. Su indiferencia, una obsesión.

Ahora, él la busca en las sombras de la ciudad. La observa. La desea. Rompe las normas por verla una vez más.

Porque en un mundo donde se apuesta la vida...
él decidió apostarlo todo por amor.

Y no está dispuesto a perderla.