En letra própia

Un hombre despierta y encuentra sobre su escritorio un diario que no recuerda haber visto jamás. Las páginas están vacías al principio, pero pronto comienzan a llenarse con frases escritas con su propia letra, mensajes inquietantes que parecen conocerlo más de lo que él mismo admite.

Mientras los días avanzan, el cuaderno le revela fragmentos desconectados de pensamientos, recuerdos difusos y advertencias que no entiende del todo. Pero lo que más lo desconcierta no es el contenido del diario, sino la certeza inquebrantable de que no lo está escribiendo él... al menos, no de forma consciente.

Aislado del mundo por decisión propia, el protagonista mantiene rutinas estrictas, pequeñas manías que disimulan una incomodidad más profunda. Entre cafés fríos, caminatas sin rumbo, y noches de sueño turbio, el diario va convirtiéndose en una presencia tan constante como inevitable.

A medida que nuevas personas entran en escena y situaciones desconcertantes lo arrastran fuera de su burbuja, el lector es llevado por un viaje íntimo y perturbador a través de la mente de un hombre que se aferra desesperadamente a una versión de sí mismo... que ya no existe.

Todo aquello que niega recordar... lo observa desde las páginas.

Siempre.

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