Elyra vive en paz entre los monjes del Santuario de los Valles de Bruma. Siempre ha sentido que algo dentro de ella no encaja, como si llevara un fuego oculto que nadie ve. Una noche, su mundo se rompe cuando el santuario es atacado por seres oscuros que buscan "la portadora de la luz oculta". En medio del caos, aparece Kael, un hombre envuelto en capas negras, con una mirada tan rota como intensa, que la salva con violencia y precisión... como si la hubiera estado esperando toda su vida.
Elyra es llevada por Kael a través de bosques malditos, reinos abandonados y cielos sin estrellas, mientras intenta comprender quién es ella en realidad. La relación entre ambos es tensa: él es frío, protector, rudo. Pero bajo su armadura de sombras, Kael es un hombre que sufre, que desea cuidar de Elyra más allá del deber.
Con el tiempo, Elyra deja de ser la niña asustada para volverse una mujer que cuestiona, que siente, que desea... y Kael se convierte en su espada y su debilidad.