¡Un dulce aroma a mandarinas!
Había un chico en la institución que todos conocían por un detalle encantador: cada mañana, al pasar por los pasillos, dejaba tras de sí una estela de fragancia a mandarina. No importaba si era primavera o pleno invierno; donde él iba, el aire se volvía cálido, dulce, como un rincón soleado del mundo.
Tenía los ojos color magenta, brillantes como un atardecer que aún guarda secretos. Caminaba con paso tranquilo, siempre pelando una mandarina con cuidado, como si cada gajo fuera un pequeño tesoro. No hablaba mucho, pero su sonrisa -ligera, casi tímida- decía más que cualquier palabra.
A muchos les parecía tierno, incluso mágico, que disfrutara tanto de ese simple ritual. Para él, las mandarinas no eran solo fruta: eran su forma de acariciar el día, de sembrar alegría en rincones grises, de decir "estoy aquí" sin necesidad de alzar la voz.
Y aunque nadie lo decía en voz alta, todos esperaban ese momento en que el chico de ojos magenta cruzara el umbral, perfumando el mundo con mandarina y ternura.
Un poco de todo ♡
୨୧𖤐٭🍊ೄྀ
Créditos al artista de la hermosa portada!!! 🤍
