Nadie sobrevive diez años en la selva. Eso decían.
Pero ella lo hizo.
Se perdió a los diez años, cuando la avioneta en la que viajaba se desplomó sobre el Amazonas. Sus padres murieron. Ella no. La selva la envolvió, la adoptó, la transformó. Le enseñó a moverse como una sombra, a cazar, a trepar, a sobrevivir.
Olvidó el idioma, el calendario, el ruido del mundo.
Pero no perdió su esencia.
A los veinte, Kaia es una criatura fascinante. Una belleza salvaje y perfecta.
Piel dorada por el sol, marcada por cicatrices que cuentan historias. Cabello largo y oscuro como la noche amazónica, siempre enredado con hojas o flores. Ojos intensos, de un color imposible, que parecen leer el alma. Su cuerpo... ágil, esbelto, con una sensualidad cruda que nace del instinto.
Es todo lo que el mundo ha olvidado. Libre. Animal. Magnética.
Nadie sabe si es real, si vive... o si es solo un mito que murmuran los guías entre fogones.
Hasta que Bianca, una joven millonaria en busca de algo más que aventuras, se pierde durante una tormenta.
Lo que encuentra no es solo salvación.
Es deseo.
Es fuego contenido durante años.
Es una mirada que no conoce la vergüenza.
En la espesura húmeda del Amazonas, donde los cuerpos transpiran y los sentidos se agudizan, el lenguaje ya no importa.
Dos mundos opuestos se chocan.
Y cuando la piel se encuentra con la piel, no hay selva, ni pasado, ni reglas. Solo ellas.
Dos matrimonios de 20 años, una vida hecha, dos familias casi perfectas. ¿El problema? un día llegó la atracción, sueños, fantasías. Un beso, un roce, un par de miradas y todo dio un giro radical.
Familia Toy Pollet
Fernanda y Josh llevan 21 años de casados, dos hijos preciosos, Adrián y Sara, Adrián estudia ingeniería y Sara Docencia, son una familia preciosa, funcional y armónica
Familia De Sousa Oliveros
Emiliano y Carlota tienen 20 años juntos, dos hijos preciosos Paolo y Juan Carlos, Paolo estudia Derecho quiere ser como su madre y Juan Carlos esta en el último año del colegio. Es un matrimonio hermoso, casi perfecto al igual que los Toy Pollet
Pero no todo es perfecto, hay secretos que es mejor mantenerlos en silencio, y miradas que es mejor evitar. Sólo que no querían evitarse, ambas miradas querían conectarse. Esos ojos azules se enamoraron de esos ojos cafés y desde allí nada volvió a ser igual.
-¡Bésame! - susurró como queriendo que nadie nos escuche y mi cuerpo temblaba -
- ¿Estás... Estás segura? - dije titubeante y asintió -
¿TRAICIONARIAS TODO LO QUE TIENES POR UNA FANTASIA?