En el siglo XVI, la tripulación del Marino Azul desapareció en alta mar tres días después de su partida. Amelia, mujer de Lope: el capitán, y única superviviente, nunca supo explicar lo que le había ocurrido a su marido y compañeros de barco.
En la actualidad, el Marino Azul ha sido alquilado a una familia española para festejar que les ha tocado la lotería. Inconscientes del peligro del barco, se adentran en el mar Mediterráneo esperando pasar unas vacaciones de ensueño.
Sin embargo, tres días más tarde, comienzan a aparecer cadáveres por todo el barco: Uno por noche, además de un curioso visitante que reclama a una supuesta bruja a cambio de detener la masacre.
¿Conseguirán pagar el precio antes de ser ellos la moneda?
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-Lope, aún no lo sabes, pero la venganza que ya te consume será motivo de no descanso en el más allá. -Amelia se levantó del asiento y se dirigió a la salida de la cabina. Sin embargo, la voz del hombre al que una vez amó hizo que se detuviera.
-En el cielo no hay venganza, querida. Deberías saberlo. -Lope siguió con su atención enfocada en los papeles sobre su escritorio.
Amelia cerró los ojos y tomó aire.
-¿Quién ha dicho que tú irás al cielo?
Lope levantó la vista un segundo para mirar a su esposa. Esta tenía una expresión cansada en el rostro, casi de muerte.
Con un último hilo de voz, la mujer suspiró.
-Descansa Lope, mañana habrá tormentas.
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Mención de muerte y asesinato.