Carolina es mi ex.
Con esa (e) de error, (x) de extraña y también de explosiva, también de loca pero no lleva x ni e.
Era mía. O al menos eso decía el cartel invisible que tenía puesto en mi mente, justo encima de su nombre. Ese que le ate con cinta invisible cuando nos dimos el primer beso.
Y, ¿saben qué? Yo fui su primer "te amo", su primer todo. Su primer idiota también, claro.
Pero aquí viene lo interesante: ahora ella ahora, la muy condenada hipócrita es de Jason.
Sí, Jason Roger. Mi mejor amigo desde que los dos creíamos que los mocos eran comestibles y las niñas daba asco. Que las nubes eran de azúcar, y que no bañarnos era sangrado.
una parte de mí sigue pensando que Carolina no es suya.
Es mía.
Aunque me haya dejado. Aunque ahora sea su novia.
Aunque mi dignidad esté atrapada bajo su zapato número 36, si ese zapato que no dudo en tirarme cuando me burle de sus colitas de princesa.
Y porque, muy dentro de mí... creo que ella también lo sabe.
Lo peor de todo no es eso.
Lo peor es que Jasón también lo sabe.
Y cuando tres personas comparten el mismo corazón, lo único que queda... es ver quién se lo rompe primero... O ver quien cae en esas jerarquía del desamor...