En un rincón suspendido entre el tiempo y el alma, los personajes de *El fantasma de la Ópera* (libro) son arrancados de su época y transportados a un futuro que no pidieron ver. No se trata solo de porvenir, es el reflejo de sus reencarnaciones, vidas nuevas donde sus heridas, anhelos y decisiones han tomado formas distintas.
Christine se encuentra con un mundo donde su voz ya no es una cadena, si no una elección. Libre de los condicionamientos que la ataban, descubre una versión de sí misma que canta por deseo, no por deber. Erik, el fantasma, presencia una existencia donde el amor no es condicionado por el miedo ni la deformidad. Por primera vez, es visto, es tocado, es querido.
Pero lo más desconcertante aún está por revelarse: en ese futuro, sus reencarnaciones interpretan El Fantasma de la Ópera como un musical. Ellos, los originales, observan cómo sus dolores se han vuelto espectáculo. ¿Qué significa ver tu tragedia representada por otro tú? ¿Es redención, burla, o una segunda oportunidad?
Entre escenarios que brillan con luces modernas y emociones que siguen siendo antiguas, los personajes deben enfrentarse no solo a lo que serán, sino a lo que ya son en la memoria del mundo.
Eva es una niña fuera de lo común, en un pueblo fuera de lo común.
Con las desapariciones haciéndose cada vez más frecuentes, Eva tiene que lidiar con su compromiso arreglado con Theodore Uris, y las adversidades que se presentan en una preadolescente.
Porque mientras Eso atormenta a otros, Eva huye de algo que la atormenta más.
Porque en Derry, todos flotan.
-Esta es la primera historia.