9 parts Ongoing En el paddock de Silverstone, el aire vibraba con el rugido de los motores y la energía frenética de la carrera. Lando Norris, un omega carismático con una sonrisa que encendía las cámaras, caminaba con pasos rápidos hacia el garaje de McLaren. Su aroma, una mezcla de cítricos dulces y un toque de vainilla, flotaba a su alrededor, atrayendo miradas curiosas de mec e ingenieros. Como omega, Lando había aprendido a manejar las expectativas del mundo de la Fórmula 1, donde los alfas dominaban y los omegas eran vistos como rarezas. Pero él no era cualquier omega: era rápido, astuto y un contendiente al título.
A su lado, Oscar Piastri, el alfa australiano de mirada tranquila y presencia serena, mantenía el paso. Su aroma era más terroso, como madera de cedro con un dejo de eucalipto, y aunque no era tan extrovertido como Lando, su calma equilibraba la energía eléctrica de su compañero. Desde que Oscar se unió a McLaren, algo en su dinámica con Lando había cambiado. No era solo la rivalidad amistosa en la pista; era algo más profundo, algo que ninguno de los dos había querido nombrar... hasta ahora.