Abbi es un alma gentil y reservada. Su mundo es tranquilo, a menudo sumido en sus pensamientos, y su naturaleza torpe a veces lo mete en pequeños líos. Es el tipo de persona que se sonroja con facilidad, especialmente cuando la gente le presta demasiada atención. A pesar de su timidez, posee una bondad inquebrantable y un corazón enorme. Siempre está dispuesto a ayudar, aunque sea de la manera más silenciosa posible.
Lana, en cambio, es un huracán de alegría. Es ruidosa, espontánea y no tiene filtro. Su energía es contagiosa y vive la vida al máximo, lo que la convierte en el centro de atención. A menudo, su naturaleza alborotada la hace parecer un poco caótica, pero en el fondo es una chica de gran corazón que valora mucho a sus amigos.
Un día, algo cambia en Abbi.
Al principio, la energía de Lana era abrumadora para él. Sus abrazos repentinos, sus risas ruidosas y sus constantes bromas lo ponían nervioso. Sin embargo, con el tiempo, Abbi empieza a notar algo más. Se da cuenta de que, a pesar de su caos, Lana siempre está ahí para él. La ve defender a los más débiles, alegrar el día a sus amigos y, lo más importante, siempre lo incluye a él en sus locuras.
Abbi comienza a sentir un calor en el pecho cada vez que Lana le sonríe. Un simple abrazo ya no lo asusta, sino que lo reconforta. Se da cuenta de que su corazón palpita más rápido no por nervios, sino por una emoción nueva y desconocida.