Embriagante Caos | En curso | [©say_nett]

" El mal es poderoso y asombroso...."

La frase quedo grabada en mi mente por meses e incluso años.

Desde mi perspectiva, realmente esa frase contenía la ley de la vida. La injusticia domina, y en este mundo, ganaba quien pudiese permitirse colarse en una partida de ajedrez.

'" Hasta un peón puede ganar .."

Cuanta razón.

Comencemos desde el principio, donde todo una vez empezó, donde un llanto inundó mis oídos sangrantes, mientras mis manos continuaban retorciéndose en regocijo de algarabía, llenas de sangre.

Mi nombre, Alessandri Vanetto.

Un nombre que seguramente jamás seria olvidado.

Sonreí, mientras que puedo sentir la espesa sangre escurrir por todo mi rostro. El cuerpo de la mujer, que una vez fue el motivo de mi temor, ahora solo yacía plácido, pálido, e inundado de una suave armonía. Como si nunca hubiese hecho algo malo. Y lo hizo, claro.

Sonreí...

porque mi pasado es oscuro, mi presente es tenebroso, y mi futuro incierto.

Pero hasta la oscuridad de mi horrible alma, tiene una luz.

Luz...
mi lucesita, mi pequeña.

Mi luz venía acompañada con un par de ojos marrones, con una sonrisa tierna, y con un vestido de rosas rojas.

Una niña. Y yo un sádico.

Una chica que busca consuelo en la muerte, sombras tenebrosas rodeándola.

Lentos y oscuros pensamientos sobre ella, mientras que mis suaves palabras y mimos la atraen cada día más hacia mi embriagante caos.