Leah Lyon tiene todo bajo control.
Promedio perfecto, amigas leales, y una sonrisa impecable que esconde lo que nadie debe ver: el cansancio, la presión, y el recuerdo del chico al que juró haber superado.
Asher Harrington regresa después de tres años, más alto, más guapo y con más fantasmas que nunca.
Su aparición no solo sacude el vecindario, también la sacude a ella, con todos sus silencios, su sarcasmo, y esa forma insoportable de mirarla como si aún la conociera.
Entre competencias escolares, fiestas incómodas, peleas legendarias y besos que nadie debió ver, Leah tendrá que decidir si vale la pena destruir la imagen perfecta por algo tan caótico como el amor.
O peor aún: por Asher Harrington.
Porque el problema no es enamorarse de alguien.
Es enamorarse de alguien que ya te rompió antes.
Desde su primer año en Slytherin, Theodore y Camille compartieron más que una casa: la misma astucia, el mismo carácter frío y una ambición que los mantenía entre los mejores estudiantes de Hogwarts. Se entendían sin palabras, se protegían con lealtad y, aun así, siempre fueron solo amigos.
Hasta que un día, cuando ambos se enteran que todos en su grupo de amigos pensaban que ellos serían la pareja perfecta, comienza a sembrarse una duda que ninguno de los dos pudo sacudirse.
Porque a veces basta una sola insinuación para que todo lo conocido se tambalee. Y entonces surge la pregunta inevitable: ¿de verdad siempre fueron solo amigos?