No sé en qué momento me volví un rompecabezas. Piezas que antes encajaban sin esfuerzo ahora se resisten, como si hubieran cambiado de forma. La niña que jugaba a ser mamá de tiempo completo en su casa se ha desvanecido, y en su lugar hay un reflejo que me resulta ajeno. Esta soy yo, o al menos eso me dicen, pero hay veces que ni siquiera me reconozco y cada día me gusta algo nuevo o me empieza a disgustar algo que antes amaba con locura.
¿Y quién soy? Es una búsqueda desesperada, a tientas, tropezando con mis propias inseguridades, con las expectativas de los demás, con un corazón que de repente se siente demasiado grande para mi pecho.
Estoy en un puente, en medio de una línea donde dejo atrás mi niñez y estoy a un paso de comenzar la adultez.
Esta es mi historia de crecimiento. Un relato en el que la niña que fui se despide, para que la mujer que seré pueda, por fin, nacer.