Jennie Kim, una chica de 17 años que vivía con xeroderma pigmentoso, una rara condición que la obligaba a protegerse del sol como si fuera su peor enemigo, había aprendido a moverse entre sombras y noches tranquilas.
Jennie nunca olvidó la primera vez que vio a Lisa: una niña de cabello suelto y rebelde, con una sonrisa despreocupada, deslizándose en su patineta frente a la ventana de su casa. Fue una imagen fugaz, pero tan clara que se quedó grabada en su memoria. Siempre la admiraba y, con el paso de los años, llegó a darse cuenta de que se había enamorado de ella.
A las cinco de la tarde, sin falta, Lisa pasaba por la misma calle, y Jennie, desde su ventana, esperaba ese momento como un ritual secreto.
Hasta que el día de su graduación, por la noche, decidió salir y fue a la estación del tren a tocar su guitarra, aquella noche se encontró con Lisa. Lo que Jennie no sabía era que aquel pequeño reencuentro en ese lugar cambiaría su vida para siempre.
ESTA HISTORIA NO ES MIA, ES UNA ADAPTACIÓN A LA PELÍCULA "AMOR A MEDIANOCHE" DE KENJI BANDO.
Dieciocho años después de haber sido expulsada por amar a quien no debía, Isabela regresa a la hacienda que alguna vez llamó hogar.
No busca venganza... sino respuestas, y tal vez una nueva oportunidad de empezar.
Allí la espera Graciela, la esposa de su hermanastro: una mujer marcada por el miedo, la pérdida y los silencios que Vicente dejó atrás.
Pero entre miradas contenidas, sonrisas robadas y heridas que el tiempo no logró borrar, Isabela se descubre dispuesta a ofrecerle a Graciela algo que ella ya no cree merecer: amor, ternura... y una felicidad que parece imposible.
Porque a veces, el destino te obliga a volver al lugar donde más dolió... solo para mostrarte que también puede ser donde finalmente aprendas a amar.