Dark Miller
Su nombre ya pesa. Dark no necesita hablar para que todos lo escuchen. Es el tipo de persona que entra a un lugar y el aire cambia, no porque lo intente, sino porque todo en él grita poder. Su mirada es fría, casi calculadora, y cada palabra que pronuncia parece tener el propósito de recordarle al resto que nadie está a su altura. Su ego no es un defecto para él, es un trono. Y en su cabeza, la única ley que existe es la suya.
Pero detrás de esa fachada arrogante hay un vacío que ni él mismo se atreve a mirar. Su narcisismo no es simple vanidad, sino un escudo; una forma de no sentir lo que realmente lo quiebra. Ser admirado le resulta más cómodo que ser comprendido. La vulnerabilidad, para Dark, es una palabra sucia.
Analisse Benson
Analisse, en cambio, es todo lo que él no entiende: una mente inquieta, sensible, impredecible. Vive atrapada en una rutina que la ahoga, en una vida que parece hecha para complacer a los demás, pero dentro de ella hay una chispa que se niega a apagarse. No soporta el control ni los moldes sociales, detesta el ego disfrazado de seguridad y la gente que se cree dueña del mundo.
Y sin embargo, su empatía es su mayor debilidad. Siente más de lo que quisiera, comprende más de lo que debería. Esa misma capacidad de ver a través de las máscaras es la que la convierte en la única capaz de mirar a Dark sin miedo, sin adularlo, sin fingir. Ella no quiere cambiarlo, pero su sola existencia amenaza con hacerlo.
Dos multi universos distintos, ellos los llevaran a lo desconocido.
Vivian creía que su vida estaba destinada a la tristeza y el miedo... hasta que los Vatroslav la encontraron. Cuatro hermanos, poderosos, letales y hermosamente imposibles, entran en su mundo, dispuesto a protegerla, poseerla y cambiar su destino para siempre.
Entre secretos de mafia, pasiones prohibidas y un amor que desafía todas las reglas, Vivian descubrirá que el corazón no entiende de límites... y que a veces, el peligro más mortal es también el más irresistible.