¿Te imaginas que el villano de tu libro favorito sale del libro?
Pues eso es justo lo que le pasa a la parisina Sylvie Monet.
Sylvie Monet tiene tres grandes amores: París, la moda... y los libros. Su favorito, Amor sobre el Sena, es su refugio secreto; una historia de pasión, rivalidades y finales felices que siempre la hace suspirar. Bueno, excepto por Adrien Valcourt, el elegante, arrogante y despiadado villano que arruina el romance de su hermano.
Una noche, entre risas con su mejor amiga, Manon, y un vaso de vino de más, Sylvie murmura un deseo:
"Ojalá Valcourt existiera en la vida real..."
Lo que no especifica es QUÉ Valcourt.
Esa noche, el mismísimo Adrien aparece en su habitación, en París, con la misma sonrisa peligrosa, los trajes perfectos y esa mirada que parece leerle el alma. Solo que ahora no es un personaje de papel: es real... y tiene sus propios planes.
Lo que empieza como una guerra de miradas, pullas y acuerdos incómodos se convierte en un juego de alianzas peligrosas. Entre paseos por el Sena, fiestas y besos robados, Sylvie descubre que detrás del villano hay mucho más de lo que los lectores conocían... y que él sabe usar su encanto para derribar todas sus defensas.
Pero Adrien sigue siendo Adrien. Y cuando un secreto de su mundo amenaza con destruir el de ella, la traición es inevitable.
Ahora, entre el amor y el odio, la atracción y el rencor, tendrán que decidir si lo suyo es una historia condenada desde la primera página... o la más inesperada de las segundas oportunidades.
París. Un villano. Una chica que ama demasiado los finales felices.
Solo que, esta vez, no hay garantía de que el suyo lo sea.
Dieciocho años después de haber sido expulsada por amar a quien no debía, Isabela regresa a la hacienda que alguna vez llamó hogar.
No busca venganza... sino respuestas, y tal vez una nueva oportunidad de empezar.
Allí la espera Graciela, la esposa de su hermanastro: una mujer marcada por el miedo, la pérdida y los silencios que Vicente dejó atrás.
Pero entre miradas contenidas, sonrisas robadas y heridas que el tiempo no logró borrar, Isabela se descubre dispuesta a ofrecerle a Graciela algo que ella ya no cree merecer: amor, ternura... y una felicidad que parece imposible.
Porque a veces, el destino te obliga a volver al lugar donde más dolió... solo para mostrarte que también puede ser donde finalmente aprendas a amar.