Cuando el otoño aprendió tu nombre.

Cuando el otoño aprendió tu nombre, las hojas comenzaron a caer con un ritmo distinto, como si el viento mismo susurrara secretos que sólo yo podía entender. Desde ese día, el tiempo se volvió un suspiro constante entre lo que fue y lo que quedó por decir.

Este libro es un viaje por los rincones donde se esconden mis recuerdos, un refugio donde las emociones encuentran voz y donde cada palabra es una caricia para lo que aún vive dentro de mí. Aquí no está tu nombre, pero sí tu esencia, esa que cambió mi estación y dejó su huella indeleble en mi alma.

Bienvenido a este otoño eterno, donde aprendí a quererte en silencio.