Desde que tienen memoria, Felix siempre se ha divertido molestando a Hyunjin, aprovechando cada pequeña oportunidad para fastidiarlo, aunque sin llegar a ser cruel de verdad. Para Hyunjin, sensible hasta con el más mínimo detalle, Felix es el antagonista perfecto: competitivo, arrogante y "malo" a simple vista, como un rival al que no puede evitar odiar.
En la escuela, sus peleas son legendarias: una guerra constante entre palabras cortantes, miradas desafiantes y algún que otro empujón accidental. Pero cuando un inesperado proyecto grupal los obliga a trabajar codo a codo, las paredes que ambos han construido empiezan a resquebrajarse.
Lo que comenzó como una batalla de egos y diferencias, poco a poco se transforma en algo más complejo y profundo, porque a veces, los enemigos esconden los sentimientos más sinceros... y los suspiros que no se atreven a admitir.