Desear una vida corriente no era lo complicado. Pero gozar de una, era el anhelo de esta mortal. Aun así era consciente en mis cinco sentidos que no era alguien ordinario. Además, se transformaría en una meta insoluble si tú y él seguían en el transcurso de mi vida. ¡Y no se los perdonaré, malditos! Porque a pesar de todo lo ocurrido, en el fondo sé que al final... Fui yo, la que llegué a sus vidas.