
Una ciudad dividida por colores. Un cielo que nunca se aclara. Desde que el gobierno soltó a los cazadores, ya no hay lugar seguro. El rojo y el celeste marcan las calles como territorios mortales, y cada paso puede ser el último. Yo no soy una heroína. Solo quiero sobrevivir. Pero entre casas con rejas, pasillos interminables y gente que promete protegerme, descubro que el verdadero enemigo no siempre lleva un arma... a veces, está adentro. En un mundo donde nadie es completamente bueno y nadie es completamente malo, la única certeza es que correr nunca será suficiente.All Rights Reserved
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