En un café cualquiera, él siempre ocupa la mesa junto a la ventana en las mañanas, y ella, bueno. Ella siempre está ahí, presente, aunque no parezca.
Nunca se han visto, pero una mañana el encuentra una nota que parece ser de la persona que estuvo antes de el.
"Hoy todo pesa más de lo que debería y me siento ridícula por esto, pero hay un pequeño alivio en saber que siempre tendré mi mesa, mi rincón. Aferrarme a eso, aunque sea absurdo, me da algo de seguridad en un día que no tiene sentido." Eso llama su tención, y con el pasar de los días, empiezan a intercambiar notas.
Un día, finalmente coinciden... y él cree haber encontrado a su alma gemela. Lo que no sabe es que esa coincidencia, puede tener un oscuro transfondo. Y la mesa que los unio, en un principio, tiene mucho más por decir de lo que Alana dice.