Recuerdo como te afligía el perder cuando considerabas que todo estaba bajo tú control. El simple echo de llegar a casa verla y sentir su calor te estremecía el alma. Afligido te dejas caer desganado en la cama, mirando fijamente al techo quieres respuesta a esos recuerdos que están a punto de volverte loco, tratas de comprender … Te llevas las manos a la cabeza jalas de tus cabellos… Tu hogar es tan grande, frío, vacío y oscuro ahora. De un golpe te pones de pie y caminas a la ventana, todo cuanto poseías ya no vale nada sin la presencia de esa mujer que iluminaba todo con una mirada y cuanto tocara lo convertía en suaves pétalos de rosas. Una mujer aunque no perfecta, pero que irradiaba vida a cuanto la rodease. Una mujer que iluminaba tu pequeño mundo. Su regazo convertido en cuna te hacia amarla con locura y llenaba cada partícula de tu ser. Ahora no soportas este hogar vacío, frío y oscuro… Ya en la ventana te convencías de que jamás tuviste todo el control en tus manos y que tu hogar estará frió y oscuro. Al fin comprendes que la vida están fugas como un suspiro… Tus ojos ya enrojecidos se empañan una vez mas y con un quejido de dolor aceptas que ambos se han marchado, dejándote en una mundo desconocido. Afligido te sumerges en esos recuerdos que jamás volverán, te aferras a un hogar que ya no existe mas desde su partida. Aferrándote al dolor que sabes te harán compañía, queriendo desesperadamente acostumbrarte a el, a la oscuridad que lentamente te envuelve con su frío manto. DEDICADOS