Amor a través de los mundos II: Ecos de nosotros
Después de elegir quedarse, viene lo difícil: sostener lo elegido cada día. En un departamento pequeño donde el café se enfría más rápido que los planes, Flash reparte su tiempo entre turnos en un bar, clases y tres canciones que empiezan a abrirle puertas. Twilight, empujada por él, se atreve a la universidad de ciencias y descubre un lugar donde su mente brilla... y donde cierta admiración cruza líneas que no deberían cruzarse.
A medida que los aplausos crecen, también lo hacen los silencios. La industria prefiere venderlo "sin historia", la academia le cobra a ella un peaje que no estaba en el mapa, y la pareja aprende que el amor no se rompe por gritos, sino por agendas que nunca se tocan. Un contrato tentador, una decisión precipitada, un aviso que parece halago y no lo es, y una noche en la que alguien decide que separar es la manera más fácil de poseer.
Y cuando el respiro de paz se les otorga, llega el zumbido que sólo Flash escucha y un miedo nuevo a quemarse antes de tiempo. Hay terapia, tareas pequeñas que sostienen lo grande, un acontecimiento que roza el desastre y termina siendo luz, una casa con goteras y promesas, y preguntas que aún no tienen cuna. Esta no es la historia de vencer a un villano: es la de aprender a decir la verdad aunque venda menos, a pedir ayuda a tiempo y a elegir, una y otra vez, el nosotros.
Porque algunos ecos no se apagan: se afinan. ¿Listos para escucharlos?
Entre risas en la cocina, madrugadas con biberones y caricias silenciosas bajo una manta, Harry y Draco descubren que el amor no siempre viene con batallas épicas ni grandes declaraciones.
A veces, basta un susurro en la noche, una siesta compartida o una carta de Hogwarts en la mesa del desayuno.
En esta colección de momentos -sin orden, sin prisas- viajamos por recuerdos sueltos, pequeños destellos de lo que fueron, lo que son, y lo que jamás dejarán de ser:
Una familia. Un hogar. Unos adolescentes enamorados. Un amor que hace del instante, una eternidad.
Cada capítulo es una escena única, un abrazo al alma para quienes creen que el amor se encuentra en los detalles más simples.