Lara al necesitar un urgente trasplante de corazón para seguir viviendo, al menos, es lo que ella y sus padres han estado deseando que sucediera después de aquella trágica noticia. Una persona misteriosa, apagada, ofrece su corazón al no encontrar razones para seguir viviendo.
¿Qué puede ir mal si ambos se enamoran?
¿O qué el padre de Etham, que es alguien realmente influyente lo pueda descubrir?
Pero, la decisión ya estaba tomada. O eso creía este par.
Salvarse uno o morir otro. ¿Podrán oponerse a las fuerzas del destino?
-Es un salto de fe, Lara. -Susurró, el brillo de diversión en sus orbes verdes se presentó, algo tan efímero, pero tan real.
-¿Esa no es una frase de El Hombre Araña, Etham? -Reí suavemente por su ocurrencia.
Y aquello volvió a parpadear, esa chispa flameante que luchaba por volver a donde pertenecía.
Sus ojos. Esa idiosincrasia que nadie entendía, a excepción de nosotros.
Kara y su madre solo se tienen la una a la otra. Crecieron en la mansión Stone, no como parte de la familia, sino sirviendo en ella. Kara sueña con un futuro mejor, pero vivir tan cerca de los lujos ajenos y tan lejos de pertenecer a ellos tiene un precio.
Desde niña, guarda en silencio un amor imposible por Mark, el primogénito de la casa. Entre humillaciones, secretos y pérdidas, su vida se divide en tres etapas: la adolescencia que la marca, la adultez que la quiebra y la madurez como madre soltera que la pone a prueba una vez más.
Tres épocas, un solo corazón... y una historia que demuestra que, a veces, amar también duele.