Después del silencio, nosotros

Continuación de "Después del silencio, tú"

Lando alguna vez pensó que el amor era esa cosa que te arrasaba, que te sacudía con intensidad y te dejaba roto. Durante años lo buscó en fiestas, en miradas fugaces, en lugares donde nadie se quedaba.

Hasta que llegó Óscar.

Y no fue un huracán.

Fue un gesto. Una presencia constante. Un café al final del día. Una botella de agua después del entrenamiento. Una mirada que no pedía nada, pero lo veía todo.

Se encontraron sin buscarse.
Y aprendieron a quererse sin manuales.

Pero no fue fácil.

Estaban hechos de silencios diferentes.
Uno creía que el amor era mostrarse, el otro que era quedarse en silencio.
Uno necesitaba reír, el otro necesitaba entender.

Compartieron risas, carreras, complicidades.
Y también celos, dudas, palabras que no supieron decir a tiempo.
La competencia los empujó a los extremos.
Las inseguridades los empujaron al borde.
Y el miedo los separó.

Hasta que decidieron volver.
Porque no importaba cuántas veces se equivocaran, siempre era al otro a quien volvían.

Ahora están juntos.
Más fuertes. Más sinceros. Más ellos.

Pero en el amor nunca está todo dicho.
Y todavía queda mucho por vivir.