En el mundo del ballet, donde la belleza y la pasión van de la mano, Larissa solo quiere ser perfecta. Cada giro, cada plié, cada salto la acerca aún más al éxito y a la aceptación de todas las personas que la rodean, pero también, la aleja cada vez más de sí misma. Larissa desea con toda su alma, encontrarse, conocerse, pero también añora la perfección... una perfección que se ve lejana, inalcanzable para ella.
Hayley Miller es la causa de eso. Por su talento innato y su falta de esfuerzo, desplazó a Larissa arrebatándole su lugar en un momento de vulnerabilidad. Ahora, Hayley es la personificación de todo eso que Larissa teme no poder ser. Esa comparación es su soga al cuello, la cual cada vez se aprieta más y más.
Su excelente fachada se ve resquebrajada con el regreso de ÉL. Ese hombre al que Larissa traicionó inconscientemente hace años, ese hombre al cual se le obligó a cargar con una culpa que no le correspondía. Ahora como el patrocinador principal de la academia y la persona que controla que bailarinas se quedan y cuales se van, por ende, también regresa siendo la única persona capaz de destruirla... o de salvarla.
La soga al cuello está a punto de romperse... y cuando eso suceda, el único sobreviviente será el secreto que la condenará por siempre.
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Cuando Avery llegó a la universidad, con sus expectativas por el cielo, lo último que esperó fue tener que compartir habitación con alguien muy peculiar. O mejor dicho, con un chico.
Un error administrativo la condena a vivir su experiencia más incomoda: convivir con él hasta que el sistema arregle el inconveniente.
Lo peor de todo, el chico es un desastre andante, un huracán. Completamente opuesto a ella, desordenado, atrevido... y todo lo que Avery odia en una persona.
¿Podrá ella sobrevivir la convivencia con aquel chico?