El mapa que nunca tuve.

Este libro narra la vida de Adrián Soler, un chico que creció entre dos tierras muy distintas: Valdoria, un valle del interior marcado por la dureza de sus campos de olivos, y Costa Bravía, una región costera bañada por el sol y las huertas. Su infancia se partía cada año entre temporadas de campo y temporadas de mar, como si nunca perteneciera del todo a un solo lugar.

Marcado por una niñez humilde pero llena de vínculos, recuerdos caóticos y aventuras en la casa de campo de su abuelo, Adrián aprendió pronto lo que significa no encajar en algunos sitios y ser aceptado en otros. A través de capítulos profundos y sinceros, con toques de humor en las anécdotas familiares más disparatadas, la historia recorre sus raíces, sus luchas internas y el camino que lo convierte en el adulto que aprende a construirse un lugar propio en el mundo.

Es un viaje íntimo y honesto sobre la pertenencia, la familia y la búsqueda de identidad, contado como si fuese la historia de otro, pero con una verdad tan universal que cualquiera puede verse reflejado en sus páginas.