Hay historias que se redactan solas, sin necesidad de tintas ni papeles, que son grabadas en la piel, en los recuerdos, en los silencios.
La mía comenzó con una tímida mirada en el salón de clases, con un nombre que quedó tallado en mi corazón: Noah.
En contraparte, como si fuera un reflejo inverso, estaba Neo -idéntico por fuera, pero totalmente opuesto en todo lo demás.
Con uno soñé lo que era amor. Mientras que con el otro, crucé líneas que jamás imaginé cruzar.
Y en medio de todo, me encontraba, yo: Renata. La que soñaba despierta, la que tropezó para encontrarse a sí misma en el caos, entre promesas rotas y destellos de verdad.
No quisiera llamar a esto una historia de finales felices, mas bien es una historia de descubrimiento. Porque no todos los amores llegan para quedarse, algunos llegan para cambiarlo todo.
Y a veces, solo a veces, hace falta romperse un poco, para aprender a no conformarse nunca más.
Vivian creía que su vida estaba destinada a la tristeza y el miedo... hasta que los Vatroslav la encontraron. Cuatro hermanos, poderosos, letales y hermosamente imposibles, entran en su mundo, dispuesto a protegerla, poseerla y cambiar su destino para siempre.
Entre secretos de mafia, pasiones prohibidas y un amor que desafía todas las reglas, Vivian descubrirá que el corazón no entiende de límites... y que a veces, el peligro más mortal es también el más irresistible.