
Leyla solo quería una cosa en la vida: ese amor de novela que te hace suspirar, gritarle a las páginas y tomar decisiones ridículas por alguien que probablemente necesita terapia. Sí, ese amor dramático, intenso, perfectamente irreal. El que hace que te enamores de un personaje ficticio... y después compares a todos los humanos reales con él (spoiler: siempre pierden). Tan fuerte fue su obsesión que el universo -o algo mucho más irresponsable- decidió cumplirle el deseo: trajo a Bram, el personaje oscuro, sexy y potencialmente peligroso de su libro favorito... a la vida real. Ahora está ahí. Literalmente en su habitación. Respirando. Mirándola como si ella fuera parte de su historia. ¿Suena romántico? En teoría, sí. En la práctica... bueno, él no entiende qué es un celular, casi prende fuego el microondas y no deja de decir cosas intensas como "¿Este es tu reino?" cuando ve el baño. Leyla, tanto algo no fue un poco... excesivo. Porque claro, ¿cómo se supone que una chica común maneja un crush literario que ahora le come las galletas y duerme en su sofá? Lo que ella no sabe es que esto recién empieza. Y que el amor, cuando viene con magia y personajes de ficción, es mucho más complicado (y ridículamente caótico) de lo que jamás imaginó.All Rights Reserved