Lo estúpida y obsesiva que fui a los 17

Ella tiene 16 -casi 17- y está en una preparatoria llena de rostros desconocidos, donde los errores pesan más que las disculpas y las lecciones siempre duelen. Allí, los enamoramientos fallidos parecen eternos, los chicos rompen corazones sin pensarlo y distinguir entre red flags y green flags se vuelve un juego imposible de ganar.

Jane tiene dieciséis años y una vida que parece girar entre clases aburridas, amistades inseparables y amores que nunca salen como en los libros que le gusta leer. Pero la preparatoria no es un cuento de hadas: aquí los errores pesan, las promesas se rompen y las miradas prohibidas pueden cambiarlo todo.

Entre risas con Alice, confesiones inesperadas y los silencios de Daniel, Jane descubre que nada es tan simple como parece. Alice guarda sentimientos que no se atreve a decir en voz alta, Ares sigue siendo una herida abierta... y Hades aparece con esa manera de estar demasiado cerca, rozando lo prohibido, encendiendo una atracción que Jane no sabe si puede -o quiere- detener.

Lo que comienza como una amistad inocente se convierte en un torbellino de secretos, atracciones escondidas y decisiones que podrían romper no solo un corazón, sino varios.

En esta historia no hay héroes ni villanos: solo adolescentes aprendiendo -a golpes- lo que significa amar, equivocarse y crecer.

Una historia sobre la adolescencia, el primer amor y sus cicatrices, contada con crudeza, sin filtros y con una verdad incómoda: la vida nunca es como en los libros.