LA HORA MUERTA

Cuando un cuerpo aparece en una oficina, la escena del crimen parece ser un caso más para el legendario asesino conocido como "El Fantasma del Reloj". El método, la firma, el reloj de bolsillo en la mano de la víctima... todo es idéntico a los crímenes de un maestro del engaño. Para todos, incluyendo a Mike, mi mejor amigo y colega, es un caso de un imitador que busca fama.

Pero yo, el criminalista, veo algo más. Veo la réplica de plástico de un reloj, una letra demasiado perfecta en la nota y un olor a ozono que no encaja. El asesino dejó una pista sutil, un mensaje que solo yo, que he estudiado al Fantasma por años, puedo descifrar. La verdadera víctima no es el hombre en el suelo, sino el Fantasma mismo, cuya firma ha sido robada.

Mientras Mike se enfoca en atrapar al "copión", yo me sumerjo en una partida de ajedrez con un asesino más inteligente de lo que parece, uno que no mató por un motivo, sino por un mensaje. El verdadero asesino se atreve a mirarme directamente a los ojos, dejando una firma tan audaz que es invisible para la mayoría. En este juego, la verdad no se encuentra en lo que se ve, sino en lo que se esconde detrás.