Lucifer nunca fue un prisionero del Infierno. Fue expulsado del Cielo, sí, y su caída dejó una grieta invisible en la estructura del universo. Una herida que nadie ha sabido cerrar y que incluso Dios prefiere ignorar. Rey del Infierno, su territorio real es el mundo humano: sus calles, sus sombras..., y sus deseos. Su poder no es el tormento, sino la tentación. Durante siglos ha jugado con las almas, ofreciéndoles aquello que más ansían. Y jamás alguien se ha resistido a lo que él ofrece.
Hasta que Ælvarie llega a la ciudad.
Nadie sabe de dónde viene. Y para alguien como Lucifer -que ha visto caer a reyes, santos y demonios bajo el peso de sus deseos-, ella es un imposible: no se rinde, no cae, no cede... y, lo más inquietante, parece inmune a todo lo que él despierta en los demás.
Él la desea precisamente porque no entiende cómo puede existir fuera de su alcance. Ella, en cambio, nunca se aleja del todo; juega con él, lo tienta, lo provoca... con la misma paciencia con la que se estudia una grieta que amenaza con romper un mundo entero. Y en ese juego extraño que ninguno sabe nombrar, algo se enciende.
Un sentimiento que no debería existir.
Una conexión que el Cielo no puede ver.
Un error capaz de derrumbarlo todo.
Cuando de esa brecha aparezca un peligro que ni siquiera Lucifer pueda ignorar, descubrirá la verdad sobre Ælvarie: la única mujer inmune a su poder es también la única capaz de despertar lo que se quemó junto con sus alas.
Nuevo capítulo cada viernes.
Un alfa que no sabe amar, y un omega que entregó demasiado amor a la persona equivocada, dos almas rotas intentando encontrar la felicidad. Pero podrán hacerlo...?