En Corea del Sur, los Kim representaban poder y prestigio. Kim Ji-hoon, empresario influyente, era estricto y exigente con sus hijos; su esposa, Han Soo-min, destacaba como reconocida diseñadora internacional. Sus tres hijos reflejaban contrastes: Jisoo, la mayor, carismática y protectora; Jennie, la hija del medio, perfecta de cara al mundo pero competitiva y peligrosa en secreto; y Taehyung, el menor, rebelde y problemático, pero también el consentido de todos. Aunque la familia proyectaba frialdad y arrogancia, dentro de su mansión reinaban la complicidad, la disciplina y un amor cargado de secretos.
Los Manobal eran la otra cara: humildes y solidarios. Marco, chef carismático y dedicado, y Chitthip, madre firme y protectora, criaban a sus dos hijas con entrega. Lisa, la mayor, arrastraba un pasado de rechazo por ser intersexual; en casa era amorosa, pero en las calles se transformaba en una corredora temida de las carreras clandestinas, donde junto a su amigo Jungkook se volvía invencible. Rosé, la menor y adoptada tras quedar huérfana, era soñadora, inocente y brillante, con un lazo especial con su hermana mayor.
Aunque el barrio conocía los rumores sobre Lisa, su familia la apoyaba, aun con miedo por los riesgos de su doble vida.
Dos familias distintas: una marcada por el poder y los secretos, la otra por la unión y la lucha. Sin embargo, ambas compartían un mismo principio: amor y lealtad inquebrantable. Y cuando Jennie Kim y Lisa Manobal se cruzaran, descubrirían que el destino, por mucho que intentaran desafiarlo, siempre encuentra la forma de entrelazar sus caminos.