Constelaciones Rotas

Cada verano, la protagonista y su mejor amigo compartían una promesa sagrada: descubrir nuevas constelaciones y darles su propio nombre. Para ellos, el cielo era un mapa de sueños, un reflejo de sus anhelos y aventuras compartidas. Pero una noche, durante un viaje planeado para contemplar las auroras boreales, la lluvia y las estrellas se convirtieron en testigos de la tragedia. La pérdida de su mejor amigo.

Desde ese momento, ella quedó atrapada en la nostalgia y la culpa, dejando de mirar el cielo, de dibujar y incluso dejar de sentir.

Para ayudarla a sanar, sus padres deciden cambiarla de instituto. Allí conoce a un chico reservado, sarcástico y perceptivo, que también lleva sus propias cicatrices invisibles. Él es un joven privilegiado, apasionado por el fútbol americano, pero con laberintos personales que parecen no tener salida.

Qué a pesar de ser tan distintos sus caminos se cruzan para enseñarles qué a pesar de estar destruidos, deben
aprender a amar esas partes rotas para construir unas nuevas. Y ahí es donde la protagonista redescubre el amor, pero también el perdón y aprende. Que...
algunas constelaciones se rompen? Si... Pero otras nuevas pueden nacer con los mismos puntos de luz.

Ella tendrá que decidir si volver a mirar al cielo o dejar lo que ama, para siempre. Y aprende que sanar no es olvidar.

Como estrellas que se apagan y se vuelven a encender