Lo primero es la familia. H.S.

Mis padres se divorciaron hace unos dos años. No monté ningún espectáculo ni nada por el estilo, los apoyé en su decisión, si no se llevaban bien para que seguir juntos.
He estado viviendo con mi padre, ya que es más solvente económicamente. Y ahora que va a volver a casarse, tendré que vivir con su nueva mujer y su hijo. Ana, mi futura madrastra, es simpática, ha intentado llevarse bien conmigo en todo momento, y no voy a ser yo quien la trate mal por haberse enamorado de mi padre, si se quieren que sean felices.
Pero en esta historia hay alguien más, Harry, mi futuro hermanastro. El típico chico rebelde, lleno de tatuajes. Está buenísimo, pero es un poco imbécil. Su madre ya me ha advertido, que si ellos no están en casa, yo estoy al mando, porque si tienen que confiar en la responsabilidad de Harry encontrarían, al volver, la casa en llamas o algo por el estilo.
El día que conocí a mi hermanastro, lo primero que pensé fue en lo guapo e irresistible que es. Pero a medida que su madre iba descubriéndonos más información sobre él a mi padre y a mí, empezaba a no soportarlo. Tiene dieciocho años, pero no se comporta como tal. Su madre está harta de que no trabaje ni estudie, se dedica a salir con sus amigos y con alguna que otra novia que yo nunca he visto, aunque, con su físico cautivador e intimidante seguro que no le faltan.
No creía, ni jamás hubiera imaginado, que terminaría en su cama por mi propia voluntad, acostándome con él mientras mi padre y su madre dormían en la habitación de al lado.